Llegamos ahora al final de este recorrido por la vida dentro del programa, que no es sino el retorno del principio del que mana todo. Cuando llegamos al grupo muchas de nuestras relaciones estaban hechas pedazos; ese hecho era el origen de gran parte de nuestra angustia, y creíamos ser capaces de todo con tal de restablecerlas. En cambio, las mas importantes de todas era una de las que muchos ni siquiera estábamos conscientes: la relación con un Poder Superios.
Tuvieron que pasar semanas o meses para que algunos de nosotros al fin comenzaramos a reflexionar seriamente en nuestra relación con ese Poder Superior que muchos compañeros llamaban Dios. Otros no encontrábamos dificultad en mencionarlo y hasta pensábamos que estábamos en buenos términos con El, hasta que las experiencias que escuchamos nos hicieron ver que en realidad lo habíamos excluido de nuestra vida. Los padrinos nos animaron a comentar en tribuna nuestros resentimientos hacia El, y , aunque nos parecía absurdo, empezamos a hacerlo porque ya teníamos suficiente confianza en el grupo para saber que todo lo que nos recomendaban seria en nuestro beneficio.
Poco a poco, los que teníamos la imagen de un Dios castigador o indiferente la cambiamos por la de un Ser lleno de bondad y amor que nunca nos abandono, que nos libro de infinidad de peligros que en nuestra inconsciencia ni siquiera percibíamos y que, cuando finalmente admitimos que ya no podíamos mas, nos trajo a N.A para reencontrar el camino que conduce hacia El. Con la fortaleza y esperanza que nos dieron nuestros compañeros, hicimos nuestro mejor esfuerzo para poner nuestra vida y nuestra voluntad en sus manos, y fue entonces cuando descubrimos el tesoro de una fe que obra.
Si nos alejamos de los principios, si dejamos que el resentimiento y la apatía nos invadan, si volvemos a las viejas pautas de sufrimiento en nuestra vida cotidiana, lo mas seguro es que , al hacer nuestro inventario a solas o en compañía del padrino, o en algunos de los servicios que amorosamente los compañeros preparan para nosotros con ese fin, descubramos que hemos descuidado nuestras relación consciente con un Poder Superior. Si tal es el caso, no perdamos tiempo: El nos esta esperando como el padre amoroso que es, y nos tiene, como cada dia, la mesa puesta en casa que a través del sufrimiento, pero también de la fortaleza y esperanza de muchos construyo para nosotros: N.A.
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