lunes, 27 de septiembre de 2010

Los enemigos de la recuperación.




Los mayores enemigos de la recuperación o los obstáculos más importantes, son sin lugar a dudas.

a) El auto-engaño del enfermo

b) Y la ignorancia que rodea a la enfermedad y por consiguiente a la recuperación.

Parece curioso que estas dos variables, sean tan dañinas como la droga en sí.

La primera forma parte de la naturaleza de nuestra enfermedad, y debemos combatirla tan vigorosamente como a la misma droga.
El auto-engaño, tiene en nuestro EGO un aliado incondicional, es la parte que tenemos dentro de nosotros, que nos envía información errada, acerca de nosotros mismos y de lo que debemos hacer con respecto de nuestra adicción. (Enfermedad neurótica)

Es el mismo factor que nos niega la existencia de nuestro problema, es el que nos mantiene en esa negación constante que solo puede ser vencida por un cuadro de sufrimiento tan severo que nos obligue a pedir ayuda.


¿Que otra cosa te tiene que ocurrir para que te des cuenta que tienes un problema? Eso me lo dijeron las personas de buena voluntad que se acercaron a mi vida, esas mismas que obviamente rechacé, porque creía que no sabían de que hablaban y se entrometían en algo que yo consideraba PERSONAL.


¿Cuantas luces rojas más te vas a pasar, cuanto stop mas, te quedan por saltarte, cuanto sufrimiento te queda en la reserva de ese corazón destrozado por la huida.?


Al principio, el sufrimiento y el deseo de sanar me mantuvieron abstinente, creí que era el comienzo de una nueva etapa en mi vida y que mi pasado doloroso podía ser superado y olvidado.


Sabía de todo acerca del de la neurosis pero no sabía nada acerca de la enfermedad y menos de cómo enfrentar mi recuperación.


Entonces, apareció ese aliado incondicional, que hospedado en mi mente y disfrazado de guia, me da las instrucciones de que hacer y no hacer con respecto a mi problema.


No me doy cuenta, que mi orgullo es el socio de mi enfermedad, que mi EGO desbordado por mi inanidad, es el que ha manejado mi vida y ha determinado mis puntos de referencia.


Que es mi ego, el que no me permite saber lo más simple y básico para cualquier individuo! Saber en dónde estoy realmente!.


Todas las personas saben con relativa seguridad, hacia donde se dirigen y en donde se encuentran. Yo soy el único ingenuo, que no sabe a dónde va y menos en donde se encuentra exactamente.
Y sin embargo, a esta evidente falta de humildad y de extravío de vida, yo arrogantemente, le doy una característica, de individuo especial.

Es que yo soy diferente! Y como soy especial, obviamente, necesito un tratamiento de acuerdo a mis características. " He estado buscando y los que veo no me parecen adecuados o no reúnen los resquicitos que yo exijo "

Un día cansado de ese sufrimiento lacerante, paré .

Me di cuenta que realmente, no era tan importante el sitio en donde me había dejado la enfermedad, si no que me diera cuenta en donde realmente me encontraba y que hiciera algo al respecto.


Que padezco una enfermedad progresiva y que mi responsabilidad, solamente radica en detenerla y que para hacerlo necesito pedir ayuda y seguir el tratamiento, que otros como yo han realizado.


Que junto con aceptar y buscar solución a mi problema, debo entender que mi enfermedad es como un iceberg, en que la parte expuesta solo representa mi consumo y que el 80 % que está sumergido, es la parte invisible de mi problema.


Que al dejar de tomar alcohol soluciono una parte, pero que el mayor trabajo que tengo que realizar, es con aquella que solo mi interior puede resolver.
Aquella que los médicos no pueden ver. Esa misma que derrota a terapeutas y los convierte en funcionarios.
Esa que confunde a novias, padres, hijos o a cualquiera que trate de entenderla.

La que solo puede enfrentarse, con un profundo acto de honestidad personal y humildad, en el sentido del reconocimiento cabal y acertado de quién soy y hacia donde quiero ir.

El desconocimiento de esto, el EGO con su carga de información equivocada, no nos ayudarán.

Solamente, esa manifestación intrínseca de uno mismo, que sólo puede ser representada por nuestro corazón y nuestro espíritu, puede regresarnos al camino acertado.

Para eso tenemos que invitar a nuestros enemigos a una reunión. Y cuando veamos que a esa reunión no asistirá nadie más que nosotros, nos demos cuenta que los enemigos no están afuera, están dentro de nosotros y nuestra mente, los cobija y protege.
Fuente: Debate;el programa de los 12 pasos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agregue su sugerencia