Experiencias del servicio y el apadrinamiento
Al negarme a servir, la recuperación no avanza y se perjudica a los nuevos. Negarme a servir es decir “no” a la recuperación.
Con ello, me privo de esos “mejores días que están por llegar”. Si me niego a servir sigo practicando la enfermedad. Por eso, debo buscar y reconocer, en primer lugar, por qué me niego a servir; debo reflexionar que el tiempo avanza y la recuperación se detiene.
Cuando me niego a servir, la asistencia a las sesiones se vuelve aburrida, le cargo la mano a los compañeros que están sirviendo y todavía los critico; además, puede significar que ando deprimido, resentido, amargado, justificándome y culpando a los demás.
Decirle no al servicio es decirle no a la vida. Debo recordar la historia de Bill W. Cuando él sentía que podía recaer, iba en busca de alguna persona para pasarle el mensaje, sacrificando tiempo, dinero y esfuerzo.
Quien no vive para servir, no sirve para vivir. Las arterias mundiales de N.A. podrían dejar de conducir la salvadora gracia de Dios y los que están sufriendo podrían perecer. El apadrinamiento nos da la oportunidad de acceder a experiencias que no tenemos, nos da el beneficio de vernos a través de otra persona, y nos ayuda a practicar la obediencia y la humildad. El orgullo es el obstáculo que nos impide buscar un apadrinamiento, platicar con otra persona nos sirve de guía en nuestra recuperación y nos ayuda poco a poco a accionar en el Programa, y a no cometer los errores del pasado. Es por ello que, al aceptar un Servicio en el Grupo o en la estructura, debo buscar un apadrinamiento que me permita llevar una continuidad. En ese sentido, el apadrinamiento me sirve para no dejar botado un Servicio por desconocimiento, ya que el padrino me puede guiar hacia un buen Servicio. Claro está que se necesita un compañero o una compañera que ya haya pasado por esa experiencia. En caso de que mi padrino no lo haya hecho, él mismo me puede acercar a otro compañero que ya haya vivido ese Servicio.
El padrino me guía con la literatura: folletos, manuales, El Delineamiento, etcétera. Se trata de un proceso que me permite descubrir, que si soy obediente en el apadrinamiento obtengo una buena recuperación.
El padrino me ayuda a hacer el Servicio con amor.
Un buen padrino no me hace dependiente, me ayuda a crear mis propios planes y no impone su punto de vista. En pocas palabras, el apadrinamiento me ayuda a vivir libre de todos esos defectos y a tomar mis propias decisiones.
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