La naturaleza humana tiende a estar insatisfecha. Esto es tan antiguo como la raza humana de donde se desprende que, “cuando obtenemos lo que deseamos , ya no lo queremos”. La insatisfacción en el Edén con Adán y Eva, ¿recuerdan?
Por naturaleza tendemos a estar insatisfechos. Debemos practicar el estar satisfechos, a fin de contrarrestar esta tendencia natural que puede ocasionar tantas dificultades e infelicidad. De lo contrario , la insatisfacción engendrara tensión, resentimiento , indecisión, temores, trastornos emocionales de todos tipos. El estar satisfechos con nuestras circunstancias de la vida es un ingrediente primordial para el sano juicio.
El hilo de oro tejido a través de esta practica de estar satisfecho es el habito de la aceptación. Conforme avanzamos en edad , mas nos llegamos a percatar de que no podemos cambiar la mayoría de las cosas de la vida, pero que es rara la circunstancia que no podamos, con la gracia de Dios, aceptar. No es que no tratemos de mejorar nuestra situación. Lejos de ello. Pero al tratar de mejorarla, debemos tomar la determinación de que estaremos satisfechos con lo que sea que resulte de nuestros esfuerzos ---ya sea éxito o fracaso.
Una vez que todo ha sido dicho y hecho , es Dios quien permite el fracaso o da el éxito. En consecuencia , la insatisfacción en la vida realmente significa insatisfacción con Dios , que permite que sea así.
Muchas personas podrían tener una satisfacción mucho mayor en la vida si redujeran sus aspiraciones . Cuantos hombres persisten año tras año en el intento de lograr lo imposible, pero son demasiado orgullosos para admitir sus limitaciones, y como resultado , están siempre insatisfechos y emocionalmente perturbados.
Después de todo, si las cosas no son satisfactorias, nosotros, por medio de nuestra aceptación, las podemos hacer satisfactorias.
(Los doce pasos, hacia un sano juicio)
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