(Reproducido del " Folleto de la Salud Mental " de Agosto de 1966)
Muchas personas enfermas leen libros técnicos o literatura religiosa, pensando que pueden encontrar ayuda evitando el encararse consigo mismos, que encontrarán algún medio que les hará feliz, pero que sin embargo, los dejan tal como están. Bueno, no podemos comernos el cake y seguir guardándolo. No podemos ser resentidos, que nos caiga mal la gente, que todo se haga a nuestra manera, etc. y sentirnos felices y bien. Para sentirse feliz y tranquilo necesitamos un cambio de personalidad. Necesitamos ser diferentes de cómo éramos cuando estábamos enfermos. Puede ser redundante el decirlo pero para sentirse bien y feliz debemos ESTAR BIEN Y FELIZ. No podemos ser cínicos y avaros y estar optimistas y cariñosos al mismo tiempo. CADA individuo deberá escoger lo que quiere ser, luego trabajar para llegar a serlo.
TODO tiene una causa. Una fuerte depresión no nos aparece de improviso sin ninguna razón. Si verdaderamente examinamos la depresión buscando las razones de ésta, seguramente descubriremos mucha autocompasión, resentimiento, ira, culpar a otros, y otras situaciones y emociones negativas similares. Y, la persona no es la víctima inocente de la depresión. El toma parte activa con su autocompasión, resentimiento, etc. atrayendo la depresión por medio de sus sentimientos actitudes y hechos. La depresión puede desaparecer únicamente cuando se encaran honestamente estos defectos de carácter, se reconocen y eliminan las causas de la depresión. La persona enferma no tiene donde escoger, no existe otro medio para recuperarse y mantenerse bien. Debe aprender a "CONOCERSE A SI MISMO" para que pueda progresar en su recuperación.
Realmente al llegar a conocerse a sí mismo y encarar la verdad es un gran alivio. Al fin nos damos cuenta de cual es nuestra situación, cuales son las causas de nuestra enfermedad y estamos listos para hacer algo para eliminarlos. Ya no estamos en "la oscuridad" y éste conocimiento de nosotros mismos es una gran ayuda para tener esperanzas de que nosotros también podemos recuperarnos.
Ya no nos sentimos perdidos y solitarios, peleando contra un enemigo que no podíamos ver. Ahora tenemos un enemigo que podemos comprender y que podemos atacar directamente. El alivio emocional de este conocerse a sí mismo es tremendo. Le invitamos a que usted lo pruebe.
Lo que hemos expuesto aquí no es teoría, solo hechos prácticos que han funcionado para muchos de nosotros que nos hemos recuperado de una enfermedad severa, al practicar este paso como uno de los mas necesarios para nuestra recuperación. Tenemos pruebas de que funciona, nosotros somos las pruebas vivientes, sabemos que funciona, y hemos visto como ha funcionado en otras personas una y otra vez sin ninguna excepción. Contrariamente, aquellos que no hacen un honesto inventario de si mismos nunca se recuperan, hasta que lo hacen.
El inventario de una persona saludable, feliz, "normal", mostrará cariño, preocupación por otros, amor a la vida y una actitud de complaciente agradecimiento por lo bueno de la vida. El inventario de una persona enferma mostrará avaricia, resentimiento, odio hacia otros, quejas acerca de la vida y el mundo, etc.; las dos clases de personalidades no pueden coexistir en una persona. Cada persona deberá escoger qué clase de individuo desea ser y luchar por las características de la personalidad escogida. Si quiere estar tan enfermo, deberá trabajar tan duro, como la persona que se siente bien trabaja por sentirse bien. En pocas palabras USTED ES LO QUE QUIERE SER. La elección es de cada quien.
Si usted no quiere sentirse enfermo puede cambiar y recuperarse. Lo sabemos, nosotros lo hicimos. Cuando sinceramente quisimos cambiar, pudimos buscar ayuda y cambiamos. CUALQUIERA puede cambiar también, solo es necesario el querer hacerlo y trabajar por ello.
Algunas personas tienen problemas con su dentadura pero no van al dentista, continúan sufriendo e inventando excusas para no ir al dentista; pero cuando han sufrido lo suficiente (y el diente les duele demasiado) reconocen su impotencia, están dispuestos a dejar de sufrir y van al dentista, recuperándose de su dolencia. Lo mismo es con la enfermedad emocional. Cuando el individuo ha sufrido lo suficiente, está dispuesto a encararse a sí mismo y cambiar.
El Cuarto Paso ofrece un método claro para descubrir y reconocer lo que está mal en nuestras personalidades enfermas, los otros pasos del programa de N.A. muestran el camino para utilizar este conocimiento y recuperarse.
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