viernes, 5 de marzo de 2010

Hoy tratatremos el tema de la Lujuria vista desde nuestro programa de los 12 Pasos.

La Creación nos dotó de instintos para un propósito. Sin ellos no seríamos seres humanos completos. ...Así, estos deseos de relación sexual...compañía son perfectamente justos y necesarios; ciertamente son dones de Dios.

Sin embargo, estos instintos tan necesarios para nuestra existencia nos dominan e insisten en gobernar nuestras vidas. Nuestros deseos sexuales...
Cuando los deseos naturales del hombre se descoyuntan, les ocasionan graves dificultades. No hay ser humano, por más bueno que sea, exento de esas dificultades. Puede decirse que casi todos los problemas emocionales son casos de instintos mal encauzados. Cuando eso sucede, nuestro "activo" natural, los instintos, se convierten en riesgos físicos y mentales.

...Para evitar confusiones sobre las denominaciones de estos defectos vamos a adoptar una relación universalmente reconocida de los principales defectos humanos, los siete pecados mortales: ... la lujuria, ....
nos induce a imponer a otros o a nosotros mismos, exigencias que no se pueden cumplir sin pervertir o hacer mal uso de los instintos de los que Dios nos ha dotado. Cuando la satisfacción de nuestros instintos sexuales, ...se convierten en el único objetivo de nuestras vidas, el orgullo hace acto de presencia para justificar nuestros excesos.



Todos estos defectos generan miedo, una enfermedad del alma por sí sola.
A su vez el miedo genera otros defectos de carácter. El miedo irrazonable a que nuestros instintos no se satisfagan nos impulsa a codiciar lo ajeno, al deseo inmoderado de satisfacciones sexuales y de poderío, a enfadarnos cuando las exigencias de nuestros instintos se ven amenazadas y a ser envidiosos cuando las ambiciones de otros se logran mientras que las nuestras no.

... De acuerdo con el buen juicio de lo que ha sido lo correcto y lo equivocado, puede hacerse un examen preliminar de la conducta con respecto a los instintos primarios sexuales, ..

¿Cómo y en qué ocasiones perjudiqué a otras personas o me perjudiqué a mí mismo, en mi búsqueda egoísta de satisfacciones sexuales?

¿A quiénes lastimé y a qué grado? ¿Hice desgraciado mi matrimonio y perjudiqué a mis hijos? ¿Comprometí mi posición en mi comunidad? ¿Cómo reaccioné entonces a esas situaciones?

¿Sentí un remordimiento implacable? ¿O insistí en que era yo el perseguido y no el perseguidor y además me absolví? ¿Cómo he reaccionado ante frustraciones de índole sexual?

¿Cuándo se me negaba algo me volvía vengativo o me sentía deprimido?

¿Me desquitaba con otros?

¿Si en mi hogar me repudiaban o trataban con frialdad me servía como pretexto para mi promiscuidad sexual?.

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