jueves, 8 de julio de 2010

DIOS TAMBIEN TRABAJA CON CAUSA Y 'EFECTO, LO CUAL EL ESTABLECIO, EL SUPRIMIRA LA CAUSA Y POR LO TANTO EL EFECTO DE LA ENFERME­ DAD MENTAL Y EMOCIONAL SI SE LO PEDIMOS, EL NO SUPRIMIRA EL EFECTO SIN SUPRIMIR LA CAUSA


Capitulo 19

(Tornado del Folleto de la Salud Mental de 3iciembre de 1973)

Dios trabaja con causa y efecto, lo cual El estableció. El no va contra Sus propias reglas.

El hombre por consiguiente, debe trabajar con causa y efecto porque así es como se ha esta­blecido: TODAS LAS COSAS FUNCIONAN POR CAUSA Y EFECTO.

Es inútil tratar de cambiar o suprimir un efecto sin antes cambiar o suprimir la causa. Dios, también, observa esta regla. Aun así, es sorprendente ver cuantas personas quieren cambiar, tener una vida mejor y feliz sin preocuparse en absoluto por cambiar las causas que originan su miseria. Muchas perso­nas mental y emocionalmente enfermas dicen que ellas han orado por años para que les quitaran su sufrimiento, pero este no les fue quitado y se sienten furiosas con Dios, con el mundo, con las personas y con las situaciones. Nunca se les ocurrió que oraban por algo equivocado, oraban porque les quitaran el efecto, el sufrimiento mental y emocional, no por que les quitaran la causa de su sufrimien­to; realmente pedían a Dios que quebrantara Su propia regla, que cambiara un efecto sin cambiar la causa. Por supuesto, Dios no lo hizo, y los individuos permanecieron enfer­mos. Pero cuando llegamos a conocer las cau­sas de nuestra enfermedad y pedimos a Dios con sinceridad que nos la quitara, El siguió su regla, cambió las causas y como consecuen­cia cambiaron los efectos, fue así como nos recuperamos.

Esto, por lo tanto, no es un gran misterio obedece a Leyes Naturales. Para curar la en­fermedad mental y emocional hay que cam­biar las causas con la ayuda de Dios y en esta forma nos recuperaremos. Muchos profesio­nales en el campo de la salud mental han dicho que las causas deben suprimirse para que un individuo pueda recuperarse, pero pocos de estos profesionales saben cuales son las causas que deben ser suprimidas.

Aun silo supieran, muchos de ellos todavía no aceptan que sólo Dios puede suprimir las causas. En Neuróticos Anónimos se ha "puesto todo junto"; tenemos un programa de darse por vencido ante un Poder Superior, la aceptación de El, el reconocimiento de las causas de nuestra enfermedad, el deseo de cambiar, y humildemente le pedimos que cambie las causas y que nos haga sentir bien. Nosotros no le pedimos que nos haga sentir sanos y felices sin ningún esfuerzo de nuestra parte o que nos haga sentir bien sin cambiar las causas. Humildemente le pedimos desde lo mas profundo de nuestro ser que nos haga cambiar las causas, e inevitablemente nos sentimos bien. Dios nunca nos falla cuando lo hacemos como El quiere, a su manera.

Es egoísta, vano, presuntuoso y enfermizo pedir a Dios o a cualquiera otra persona que nos haga sentir bien sin quitarnos las causas de nuestra enfermedad. Aun así, a menudo buscábamos solo esto. Acudimos a siquiatras, médicos, psicólogos y clérigos pidiéndoles ha­cernos felices y hacernos sentir bien mientras continuábamos siendo la misma clase de per­sona. No hay duda que sufrimos uno tras otro amargos desengaños, pero por supuesto, como personas enfermas, todo el tiempo tratábamos de quebrantar las leyes naturales. La ley no se aplicaba a nosotros si interfería con lo que queríamos hacer. Muchos de nosotros nos sentimos furiosos si llovía cuando habíamos planeado un paseo o si nos goleábamos contra una piedra que deberíamos haber visto. Culpábamos a la naturaleza, a Dios, a cualquier cosa y a todo por nuestros proble­mas. -Aun así queríamos estar "bien y felices" al mismo tiempo quedamos muy impacientes y egoístas.

No podemos ser egoístas y felices. Estas dos cosas no pueden coexistir. No podemos mantener nuestras personalidades egoístas y esperar disfrutar de lo bueno de la vida, de salud y felicidad. Aun así esto es lo que habíamos pedido por tanto tiempo. Debemos estar dispuestos a cambiar, saber que el cambio de las causas es lo único que nos hará sentir bien y pedirle a Dios humildemente que cambie las causas.

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