Ser objetivos:
La objetividad nos indica que casi todos los titubeos provienen del temor.
El temor esta presente en las vidas de casi todas las personas , en mayor o menor grado . Y en muchos casos, lo que superficialmente parece ser solamente indecisión o titubeo, en realidad es básicamente temor. El temor y la inactividad son hermanos. El temor paraliza la acción. El temor congela la vida: emocional, mental y espiritual. Por esta razón, hay una máxima en el ejercito que dice que cualquiera acción es preferible a ninguna acción. Y hemos sido aconsejados por escritores en materia espiritual, desde hace siglos, que “agere contra timorem” --actuar en contra del temor; hacer que lo que se teme hacer. Todo lo cual nos indica nuevamente: casi todo el titubeo es temor.
Tomemos algunos ejemplos.
¿Por qué titubea un neurótico para aceptar ayuda, o para dejar de ser un enfermo emocional, o para ir a las juntas ? Tiene miedo. Tiene miedo de ese vacio intangible al que debe enfrentarse si acepta la ayuda o deja de ser un enfermo emocional, el mismo caso del titubeo expresado en “ El buscador del cielo”: “ Temeroso de que, al encontrarlo, nada mas le quedaría”. Tenía miedo de Dios; titubeaba.
Este mismo fenómeno del titubeo acontece en muchos miembros de N.A que demoran la practica de los 12 pasos. Temen llegar a quedar comprometidos; o bien, “que no les quedar nada a cambio.”
A veces tienen miedo de Dios; por eso titubean. Como el temor es un problema permanente en tantas personas , seria conveniente examinarlo cuidadosamente—sus orígenes y clases.
Básicamente hay dos tipos de temor—el intelectual y el emocional. El temor intelectual proviene del conocimiento. Estos son temores basados en hechos y en la realidad. Así pues, el soldado le tiene miedo a la batalla; sabe que es peligrosa. Es peligrosa. La razón o la fe, unidas a la acción, son soluciones al temor intelectual.
Sin embargo, cuando se siente miedo, ya sea por causa de un peligro real o imaginario, estos temores son emocionales. Se disipan únicamente por medio de la acción. Así es que el soldado que teme la batalla, y luego siente miedo cuando esta empieza , disipara este temor por medio de la acción. Pero si titubea , el miedo lo envolverá a tal grado que lo dejara incapacitado `para la batalla, y hasta puede quebrantarse por completo emocionalmente. Hay muchos de estos casos en todas las guerras. Hay que hacer—acción-- lo que se teme hacer.
¿Que hay de esos temores fundados en lo irreal? ¿De las fobias ‘’? De las sensaciones raras? Todos estos temores son emocionales. La razón y la fe no los disipan, porque no están fundados en el intelecto o en la voluntad, sino que en las emociones, las sensaciones. La acción, y la acción consistente en contra del temor, es la solución.
El titubeo es temor. Y hay que recordar nuestros días escolares, cuando aprendimos: “¡El que titubea esta perdido!”
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