sábado, 28 de noviembre de 2009

PRIMER PASO / VISTO DEDE EL CONCEPTO DE LA HUMILDAD

PRIMER PASO

“Admitimos que éramos impotentes ante nuestras emociones, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables”.

Nuestro programa es tan amplio que fácilmente lo podemos llamar programa: “AMOR”, o también programa: “HUMILDAD” ya que este valor se empieza a practicar sin darnos cuenta desde el mismísimo PRIMER PASO y se seguirá practicando inexorablemente, a partir de allí, durante los TREINTA Y CINCO PASOS o PRINCIPIOS siguientes y de ser posible durante toda nuestra vida.
En relación a este PRIMER PASO debemos ser lo suficientemente humildes para poder agachar la cabeza con hidalguía y así superar los tres eventos claves que definen si hemos hecho bien o no este paso, me refiero a:

- La Admisión.
- La Derrota y
- La Aceptación.

Es en ese mismo orden como se deben superar, ya que la admisión es un mero ejercicio intelectual primario, para entender a través del razonamiento que tenemos un problema, esto nos permitirá posteriormente entrar en un escenario claro de derrota total para luego aterrizar de pecho en la aceptación.
Permítanme detenerme un pequeño rato en el proceso de rendición o derrota total, ya que considero de importancia capital compartirles lo siguiente:
El Dr. Harry Tiebout fue un hombre de extraordinarias cualidades humanas, famoso por su buen humor y grandes valores, amigo y custodio de A.A. en sus inicios. Este Dr. fue el primer psiquiatra que a partir de 1939 convalidó e introdujo en el mundo científico, el método de los DOCE PASOS DE A.A. utilizándolo en su práctica profesional. Él sostiene que el evento de la rendición o derrota total es un proceso inconsciente e involuntario (aún en el caso de que se quisiera hacer en forma consciente) que solamente ocurre cuando el individuo tiene en su mente inconsciente ciertas características y está envuelto en una determinada combinación de circunstancias tales como: La soledad, el haber descartado infinidad de fórmulas para dejar de sufrir (método de ensayo y error), un hogar destruido, graves problemas económicos, inestabilidad laboral, una sensación de vacío existencial (vida sin sentido), un permanente sentimiento de culpa, agotamiento emocional, ausencia de espiritualidad, etc.
Ahora bien, según el Dr. Tiebout, para poder llegar a ese estado de rendición se deben vencer dos factores que atentan claramente contra de este proceso, ellos son:

- La grandiosidad.
- El desafío.

Parece ser que ambos factores actúan a nivel inconsciente generando una marcada resistencia a la rendición total y su subsiguiente evento que es la aceptación plena.
En cuanto a la grandiosidad tenemos que no es otra cosa que el ego infantil persistente, es un ego inmaduro que nos mantiene convencido de que somos poderosos e invulnerables como los superhéroes del cine y la televisión, este estado neurótico se nutre de sentimientos de omnipotencia, arrogancia y superioridad que nos predispone a interpretar cualquier frustración que nos acontezca, como un evidente rechazo y falta de amor, reaccionando con la máscara de la invulnerabilidad.
En cuanto al desafío o individualidad desafiante sostiene que es una actitud retadora ante la vida que se alimenta del orgullo, la soberbia, la autosuficiencia y el resentimiento, revistiéndonos de una armadura artificial que nos disfraza de fortaleza y confianza, pero que en el fondo es rebeldía, para resistir dentro de un teatro de batalla interno donde somos los principales protagonistas, nuestra lucha se concentra en rechazar desafiando estoicamente cualquier cambio o “agente contaminante” que pretenda romper nuestra “Capsula de confort” o de realidad personal a la cual estamos acostumbrados y por lo tanto nuestra rendición no será posible.
Vale preguntarse en este momento ¿Cómo hacer para vencer ambos factores antes mencionados? Seguramente ya se habrán contestado esta interrogante: ¡CON LA HUMILDAD! Exactamente compañeros, es con el poderoso instrumento de la humildad que lograremos vencer este par de obstáculos para poder crear el camino hacia esa rendición que antecede a la aceptación plena y que es lo que en definitiva nos va a indicar si nuestro primer paso se ha completado a cabalidad.
Es importante diferenciar la derrota parcial o sumisión, de la derrota total. En la derrota parcial o sumisión, puede haber algo de arrepentimiento, dolor, muchas lágrimas (de cocodrilo) y oración pasiva, en forma de letanías repetitivas y huecas, pero no pasa de ser un acto autocompasivo que sólo produce un leve alivio momentáneo. Es una especie de “catarsis teatral” que sólo nos sirve como válvula de escape.
En la derrota parcial solo hay una simple admisión de la realidad en forma consciente, el individuo aún guarda en su más profunda intimidad, la esperanza de poder resolver por sí mismo su problema. En cambio en la derrota total se produce un verdadero suceso o despertar espiritual, un terremoto interno liberador, se siente un gran alivio, como no, pero también se siente y vive un cambio interno profundo de un estado negativo a uno positivo, en este momento se marca una clara línea divisoria entre un antes y un después.
Cuando la derrota es total y honesta opera con cambios internos que nos abren ciertos puentes espirituales y emocionales muy vigorosos los cuales nos ayudan a asimilar el proceso que le sigue, es decir, el de aceptación plena. Esta aceptación consiste en una absoluta persuasión, es una convicción muy íntima a nivel visceral y medular de que tenemos un grave problema, pero no solamente que tenemos un grave problema, sino que no tenemos la capacidad de resolver por nosotros mismos dicho problema ya que nuestra vida se ha vuelto sencillamente inmanejable, completamente ingobernable. Indudablemente que acompañando el proceso de aceptación anterior, también ocurre una aceptación del PROGRAMA, el cual comienza a fluir dentro de nosotros sutilmente.
Es bastante probable que en aquellos casos muy difíciles de rebeldía, el individuo tenga que derrotarse parcialmente varias veces hasta llegar al “quiebre total”, en esto no hay reglas fijas.
Como verán, hacer el primer paso no es tan fácil como aparenta y el proceso de aceptación definitiva solo se hará posible por intermedio de la humildad, es por ello que entender este valor es de vital importancia para nosotros.
Seguidamente, les paso a compartir el concepto que sobre la derrota o rendición total maneja el Dr. Tiebout, poniendo en claro que todo este planteamiento se mantiene con absoluta vigencia hasta hoy:

“La rendición total es el momento en que las fuerzas inconscientes de desafío y grandiosidad dejan de actuar en forma real y efectiva. Cuando esto sucede el individuo abre su mente a la realidad, escucha y aprende sin conflictos ni reacción. Se torna receptivo, no antagónico a la vida. Experimenta una sensación de relación con sus semejantes y de unidad consigo mismo. Esta sensación se convierte en fuente de paz y serenidad interior cuya posesión libera al individuo. En otras palabras, un acto de rendición es una ocasión en la cual el individuo no sigue luchando contra la vida sino que la acepta tal como es, lo cual le confiere un vigor emocional en todos los pensamientos y sentimientos, asegurándole un reajuste saludable de su personalidad”.

Debemos comprender que el anterior concepto no menciona el aspecto espiritual ya que ese campo era prácticamente desconocido por la psicología y la psiquiatría de la época (1939). Pero, afortunadamente, en la actualidad a setenta años de los estudios que dieron lugar a este concepto de rendición, podemos comprender perfectamente lo que nuestro gran aliado y amigo el Dr. Tiebout quiso decir pero no pudo hacerlo, para ello sacaré con pinzas de cirujano la siguiente parte del enunciado anterior: “Esta sensación se convierte en fuente de paz y serenidad interior cuya posesión libera al individuo” es aquí donde está encriptada la parte espiritual del proceso de rendición, es en las palabras: “fuente de paz” y “serenidad interior” donde está la esencia que le da la condición de espiritualidad al concepto y que a simple vista pareciera que le falta al enunciado, por lo cual, con ello queremos hacer justicia a nuestro querido amigo el Dr. Harry Tiebout.
Para completar esta parte de la rendición o derrota total, podemos concluir con el siguiente axioma:

“Sin la humildad no habrá admisión, sin admisión no habrá derrota parcial y mucho menos derrota total, sin derrota total no hay aceptación plena y sin aceptación plena: ¡NO HAY PRIMER PASO! y si no hay PRIMER PASO no entenderemos el PROGRAMA, no podremos avanzar en el y por lo tanto no habrá dominio del PRIMER LEGADO y en consecuencia no estaremos habilitados para prestar un servicio de calidad y si no podemos prestar un servicio de calidad jamás lograremos nuestra recuperación y mucho menos estar más cerca de Dios”.

Para mejor comprensión les presento el siguiente flujograma (Diapositiva Nro. 4):

“Admitimos que éramos impotentes ante nuestras emociones, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables”.

En este PRIMER PASO la humildad le da el primer golpe a nuestro ego enfermo, es lo que podemos llamar “el mazazo egorreductor inicial por excelencia” y se hace muy necesario para que esa energía egocéntrica mal canalizada empiece a ubicarse en el lugar que le corresponde, es decir como un instrumento más, de los tantos que DIOS nos dio. Un ego sano debe actuar esencialmente como aliado y protector de nuestras vidas y no como amo y señor de ellas.
En este PASO, ya algunos valores como la honestidad, el coraje, la sinceridad nos empiezan a invadir a través de la humildad y es por ello que decimos que ella es la puerta de entrada al mundo maravilloso de la espiritualidad. Con la humildad y un PRIMER PASO bien hecho, comenzaremos a ser nutridos por resto de los siguientes PASOS con gran suavidad y naturalidad.

"PONENCIA DE LA HUMILDAD" CARLOS FRANCO VENEZUELA (REVISTA FRATERNA)

3 comentarios:

  1. Agradezco a mí Dios tanta bondad al permitirme leer esta ponencia. muy buena, la lectura de la misma me ha permitido aceptar correctamente este1er. paso. Dios les bendiga siempre.

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  2. Hasta que no me rendí totalmente No pude empezar mi recuperación en el programa de A. A. El primer paso es el cimiento en el cual edifico mí Sobriedad. R. S

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  3. Gracias Gracias Gracias. Con tan hermosa explicación puedo hoy El Primer paso y Con HUMILDAD lograré salir adelante de esta enfermedad que ha hecho mi vida ingobernable y que hoy me derrotó totalmente, que sola no puedo y que con la ayuda de este programa y mi poder superior lograré mi sanación junto a mis compañeros de grupo de N.A. Felices 24. SOLO POR HOY SOY FELIZ.

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