SI PODEMOS MANTENERNOS LO SUFICIENTEMENTE OCUPADOS NUNCA TENDREMOS TIEMPO DE ENFRENTARNOS A NOSOTROS MISMOS.
Puede mantenerse en constante agitación dentro de A.A., asistiendo a todos los comités, reuniones, conferencias, banquetes, reuniones de junta, sin estar yendo a ninguna parte dentro del programa. Esta clase de actividad nunca podrá ser una palanca de cambio tan efectiva como la acción y el trabajo continuo con los Doce Pasos. La actividad, tan atractiva e hipnótica, puede fácilmente convertirse en un fin por si misma y conducirme a lo largo de una senda de movimiento perpetuo que disfraza mi falta de acción… y crecimiento.
¿Cómo lo sé? He gastado mucho tiempo en esa senda como un servidor desinteresado e incansable, creando un discreto tumulto para asegurarme que todos reconozcan mi contribución para la comunidad. Uno de los aspectos particularmente engañosos de la hiperactividad en A.A., es que nos hace sumamente visibles. En cambio el trabajo continuo con cada uno de los Pasos solo logra que yo sea más cuerdo, más feliz y más útil, aunque no necesariamente logre que la gente se fije en mí.
En muchos aspectos el adicto a la actividad refleja ese fenómeno nacional que es el adicto al trabajo. Cada uno está perpetuamente en movimiento y utilizando su actividad para evitar encontrarse con sí mismo. Hay una gran diferencia entre la persona que trabaja en forma efectiva y productiva en su oficio y el individuo que es un trabajador persistente, por que encuentra la necesidad de evadirse de sí mismo en forma constante. Para este hombre o mujer, el trabajo es una droga, en la opinión de muchas autoridades en el campo de la adicción.
El impulso que gobierna al adicto al trabajo no es necesariamente el dinero, sino para el alivio de una tensión interior. Los investigadores informan que, en muchos casos, esta persona hace mucho trabajo innecesario simplemente para no dejar vacíos en el mismo. El Dr. Allan Cott, psiquiatra de Nueva York, tiene algunas ideas muy interesantes sobre este tema como especialista en el sufrimiento infantil por la hiperactividad y la suspensión de actividades físicas, nos proporciona un punto de vista importante acerca del contraste entre el trabajador fuerte y el adicto al trabajo.
*Creo que es comparable a la diferencia entre un niño saludable y activo y un niño hiperactivo. Creo que el trabajador excesivo y compulsivo hace muchas cosas que no son realmente productivas. Simplemente trata de llenar el tiempo. Un niño activo y saludable tendrá una curiosidad e interés natural en todo lo que vea y muchos objetos de un salón atraerán su atención, pero permanece un tiempo suficiente con cada objeto como para aprender algo de él. Por otra parte, el niño hiperactivo tiene que mantenerse en movimiento y va de una cosa a otra sin familiarizarse suficientemente con ninguna de ellas como para obtener una comprensión real de cada una. En la mayoría de las veces ese movimiento perpetuo, y sin propósito alguno, se deriva de una intranquilidad interior, y yo creo que el trabajador adicto se comporta en la misma forma. En realidad los adultos de esta clase encuentran que la jubilación es una amenaza e invariablemente se deterioran o mueren rápidamente. Las vacaciones y los fines de semana son un anticipo de lo que va a acontecer con ellos cuando se jubilen. Por eso, en forma aguda, se sienten incómodos y entran en una actividad ininterrumpida que actúa como tranquilizante para ellos*.
Sorprendentemente, o tal vez no tan sorprendentemente, el adicto al trabajo se ve con frecuencia empleado en una de las profesiones de ayuda de los demás. Se convierte en clérigo, trabajador social, médico, psicólogo o psiquiatra. Cuando se le pregunta acerca de su constante actividad y el escaso tiempo que dedica a su familia, tiene la mejor respuesta: “yo tengo que hacer todo esto porque esas personas necesitan y dependen de mi ayuda”
Dice el Dr. Edwin Hallisten de San Luís: *si su esposa o niños se quejan de que muy raramente lo ven, su respuesta será que tiene que estar “ayudando a la gente”, y por consiguiente no hay forma de luchar contra eso. Hallisten, quien es psicólogo clínico y ministro de la iglesia Evangélica, añade: El adicto al trabajo tiene que trabajar cuando se siente intranquilo. Cuando se siente ansioso, trabaja- aunque no encuentre el alivio a esas corrientes de tensión – y no puede encontrar satisfacción duradera. Me parece que lo que hace es alimentar en vez de aliviar una ansiedad crónica. Es una respuesta de escape que permite al adicto evitar sus problemas familiares y sus conflictos internos.*
Estas observaciones acerca de la diferencia entre el trabajo en una perspectiva adecuada y el trabajo como un problema adictivo ofrece una clave para el contraste entre el A.A. activo y el adicto a la actividad. La actividad en A.A. en su propio sitial y en su propia perspectiva proporciona un clima que nos permite crecer gradualmente a la acción continua con todos los Doce Pasos. La hiperactividad en A.A. por otra parte, simplemente origina más actividad y gradualmente se convierte en un fin por si misma. Nunca habrá tiempo y energía suficiente para reflexionar acerca de lo que necesitamos cambiar dentro de nosotros mismos y proceder en consecuencia.
Al definir el pecado como algo que nos separa de Dios, veremos inmediatamente la verdad abrumadora que se encuentra en la observación de Gandhi de que “la prisa y el exceso de trabajo siempre son pecados” La trampa de la hiperactividad dentro de A.A. consiste en que muy frecuentemente se están haciendo cosas buenas en si mismo, sin embargo, al llevarlas a un extremo esas actividades producen resultados negativos en nuestras vidas. Al originar la prisa y el exceso de trabajo, nos separan de la realidad de la conciencia de Dios y de lo que realmente tiene importancia.
Si yo me encuentro deprimido, ansioso e inestable, es un síntoma de hay algo malo dentro de mí. Sin lugar a dudas las reuniones son importantes. La actividad en A.A. es importante. Sin embargo, estas no siempre son las respuestas verdaderas para tratar mi inestabilidad interior. Frecuentemente las he hecho como sustituto de un trabajo necesario con los Pasos. La actividad simplemente me ha servido como vehiculo que me permite posponer el trabajo honesto y cuidadoso de investigarme a mi mismo, trabajo que necesariamente es anterior a cualquier forma de crecimiento espiritual.
Muy frecuentemente, mi envanecimiento con la idea de ser un personaje importante en A.A. me ha enceguecido a la verdad fundamental de que el hombre es la realidad y la humanidad la abstracción. La ayuda hacia los alcohólicos empieza con ayudar a un alcohólico. A menos que yo esté patrocinando por lo menos a un alcohólico en mi región, no estoy llevando adecuadamente el mensaje, aunque este haciendo muchas otras cosas. Además, mi trabajo con otras personas sólo podrá ser efectivo si se basa en el trabajo persistente de mi propia personalidad a través de los Pasos del programa.
Este programa me conduce a un “despertar espiritual como resultado de estos Pasos”, siempre y cuando yo efectué el trabajo implícito en esos Pasos. No hay ninguna otra manera para que eso acontezca. Simplemente con permanecer abstemio y asistir a las reuniones y una cantidad razonable de actividad pueden ser catalizadores que me hagan trabajar en los Pasos – o la actividad puede ser un método para mantenerme tan ocupado que tenga que permanecer dormido espiritualmente – uno de los hechos más atractivos de la adicción a la actividad es que puede parecer necesaria y noble. Creemos que estamos haciendo todo esto en beneficio de A.A. cuando en realidad estaríamos mucho mejor (y tal vez A.A. estaría mucho mejor) si nos sentáramos en calma y tratáramos de hacer algo de ese trabajo dentro de nosotros mismos.
Según mi experiencia, es muy importante verificar con los amigos más allegados del programa, quienes lograrán hacernos ver nuestra situación real en cualquier área de nuestra vida. Una parte crucial de mi recuperación depende de la ayuda de los inventarios escritos y de la opinión de otros miembros de A.A. para iluminar regularmente con la luz de la verdad lo que está sucediendo en mi vida. Estos son amigos que hacen permanentemente un sólido y continuo trabajo con los Pasos y que me ayudarán a tomar mi inventario haciendo a un lado mis racionalismos y deshonestidad. Sin su ayuda yo podría fácilmente gastar mi vida permaneciendo tan ocupado y activo como para nunca tener tiempo de atender lo que es realmente importante – nunca tener tiempo para sentarme en silencio y escuchar la voz de Dios que me habla calmadamente de mi condición.
Para mí, una cantidad razonable de actividad dentro de A.A. me mantiene en contacto con miembros que están experimentando la mejoría de sus vidas gracias a la aplicación persistente de cada uno de los Pasos. Este ejemplo fortalece mi resolución para cambiar y me conduce a esta clase de esfuerzo dentro del programa. Esa es la acción que transforma mi vida sin ella ninguna actividad podrá tener significado. Esa es la acción que me libera de la prisa y de la necesidad de recargar mi trabajo, acción que simplifica mi vida, que trae la alegría calmada y la utilidad siempre creciente, que me da la seguridad de que estoy creciendo dentro de la voluntad y el amor de Dios día por día.
Nota: Paúl M. Riverside, Ilinois
Tomado de A.A. El Mensaje Nº 14
Agosto 1977 Colombia
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